lunes, 10 de junio de 2013

Los celos ocasionados entre perros y gatos.

Los celos pueden suponer un obstáculo importante para lograr una convivencia satisfactoria, por lo que hay que evitarlos. Para ello, es recomendable prestar atención para que las dosis de cariño sean las justas para los dos animales, con el fin de evitar que uno piense que el otro le come el terreno. La relación entre perro y gato no tiene que ser un fracaso de antemano. Todo es cuestión de paciencia y saber hacer.

Cuando hemos tomado la decisión de tener un perro en casa, una de las cosas que debemos de tener en cuenta es que nuestro fiel compañero necesitará sentirse querido ya que es un animal social y cariñoso. Él expresará su estado de ánimo a través de sus acciones y conductas. Esta convivencia puede verse afectada debido a los celos que de algún modo modificarán su conducta y no precisamente para mejor.

Tenemos que enfocarlo desde el punto de vista más ecuánime, ya que nosotros tenemos la ridícula tendencia a ver a nuestras mascotas con sentimientos humanos, y, aunque son animales que sienten y padecen, no lo hacen de la misma manera que nosotros.


Si la presencia de otro animal, otro ser vivo, cuando el perro está con nosotros desvía la atención, se sentirá relegado, afectado y esto podría desencadenar en comportamiento no deseados.

Cada mascota tiene su peculiar forma de demostrar sudisgusto y decepción por algo, pero normalmente observaremos en nuestro amigo una actitud más agresiva, apática o depresiva, por lo que debemos apoyarlo al máximo para que supere este pequeño bache.

Los celos tienen que ver con la educación que nosotros le demos desde chiquitín. Ya sabemos, que una buena educación desde temprana edad nos evitará muchos disgustos cuando nuestro perro cuando se manifiesta este tipo de conducta puede convertirlo, en ocasiones, en un animal violento y provocador. Sin embargo, al instante, y sin previo aviso, volverá de nuevo a ser adorable en un corto periodo de tiempo.
Tal vez nos dé por pensar, si no entendemos su conducta que tenemos un perro en casa con doble personalidad.

    

Ante esto, ¿qué debemos hacer?

Lo que nunca, nunca debemos usar, es el castigo físico, con ninguna mascota. No debemos de perder la calma ni enfadarnos ya que lo único que conseguirá sería empeorar la situación.

Debemos, como se dijo antes, dedicarle tiempo, jugar con él, educarlo, no se precisa mucho tiempo, 
pero es esencial no privarle de él.

Si socializamos bien al perro, cuando crezca no será un egocéntrico y egoísta. 

Educación y tiempo es un binomio que nos llevará indefectiblemente al éxito y que nuestro perro sea feliz y equilibrado a nuestro lado.


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